domingo, 18 de octubre de 2009

ÚLTIMA ÉPICA ROSADA


24 horas después, el Callao entero es una verbena. La rosada procesión bullanguera que empezara ayer su recorrido desde el Miguel Grau se ha diseminado por los recovecos del puerto y sus calles. Es que un grande ha resucitado y no precisamente de milagro, sino por obra y gracia de goles y cánticos, por la devoción obrera de un pueblo, que lo menta con dulzura. El mayor patrimonio popular de Callao, Sport Boys -hoy inmaculado- , rosado, flamea de nuevo. Más lindo aún, de noche. Cuando empiece el 2010, la fiesta recién habrá terminado.

Ayer por la noche todo el puerto miró hacia el Miguel Grau, todas las moscas volaron sobre su perímetro y todos sus relojes apuntaron sus agujas hacia el estadio. Callao y Moquegua respiraron ayer otros aires.

En un ambiente cargado de ansiedad, Cobresol no fue capaz de soportar la oleada de las tribunas, que mientras más pasaba el tiempo achicaban sus márgenes y parecían pisar la cancha, parecían empujar, parecían meter goles, como en el último de Elías, para el cual todos soplarían hacia las redes. No solo los gritos se desataron; también, lágrimas a borbotones; rezos, susurrantes y angustiosos, cuales penitencias. El orden natural se trasgredió, pues el estadio se vino abajo.

Las frías estadísticas dirán que Waldir metió la primera bofetada de penal con respuesta doble moqueguana por parte de Bildoso y Casella, la remontada se daría con un segundo penal del “histórico aliancista” y un remate mordido de Elías. Pero las épicas no las escriben las estadísticas sino las certifican los testimonios del pueblo chalaco, que narrarán la noche del 16 de octubre con el romanticismo de los héroes.

Sport Boys está de vuelta, sus clásicos también. Con sonrisa pícara Cristal y Alianza lo esperan. Este año sin sus batallas no fue lo mismo.

Para revivir la épica:

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